Sábado, Agosto 17, 2013
Curación
LA VIDA DIVINA RENUEVA CADA CÉLULA DE MI CUERPO.
Cuando tengo un moretón, observo que este cambia de color a medida que sana. Cuando tengo la influenza, espero que la fiebre baje como una señal de mejoría. Puede que la curación no siempre sea aparente, mas confío en que la Vida divina restaura mi salud.
Cuando no me sienta saludable, en paz o gozoso, determino volverme receptivo al poder sanador de Dios. La salud surge de la plenitud divina en mí. Al centrar mis pensamientos en la vida perfecta que soy, la paz perfecta que soy y el gozo perfecto que soy, suscito la curación en mí. Oro con fe en el resultado divino, y dejo ir cualquier duda acerca de cómo o cuándo sanaré.
Pero para ustedes que me honran, mi justicia brillará como la luz del sol, que en sus rayos trae salud.—Malaquías 4:2
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