Domingo, Agosto 4, 2013
Digno
¡SOY DIGNO DE MI BIEN!
Deseo una buena vida —relaciones personales amorosas, un trabajo donde me sienta satisfecho y paz interna. Sin embargo, estas bendiciones pueden eludirme hasta que esté consciente de mi valor inherente. He sido creado a la imagen y semejanza de Dios. Lo que valgo no depende de mi comportamiento. Soy intrínsecamente valioso porque soy una creación divina.
Si siento duda, recuerdo la verdad de mi ser. El bien que busco está aquí mismo donde estoy. El amor que deseo es el amor de Dios que ya está presente. El trabajo que anhelo es un llamado del Espíritu en mí. Al tener presente mi valor sagrado, puedo apreciar las bendiciones de Dios. Soy digno de mi bien. Espero lo mejor ¡y estoy listo para recibirlo!
No tengas miedo, hija mía, que todos en mi pueblo saben ya que eres una mujer ejemplar.—Rut 3:11
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