Agosto 24, 2013
Corazón
MI CORAZÓN ESTÁ LLENO DE PROMESA, PAZ Y AMOR.
Mantengo en mi corazón todo lo que es sagrado, todo lo que amo. Mi reverencia por Dios, la vida, el amor y la bondad descansa en el santuario de mi alma. Al dirigir conscientemente mi atención a este plano interno, encuentro paz. Allí recibo consuelo y siento la calidez del amor divino; escucho el silbo apacible y delicado.
En el silencio de este espacio sagrado, soy uno con el Espíritu morador. Expreso mis inquietudes y sé que son respondidas. Invoco mis sueños y sé que son apoyados. Traigo a mi mente a mis seres queridos y sé que Dios está con ellos siempre —que es su ayuda en toda necesidad. Todo lo que es valioso para mí mora en mi corazón. Mi corazón está lleno de promesa, paz y amor.
María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.—Lucas 2:19
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