Septiembre 7, 2013
Consuelo
ME SIENTO SEGURO Y RECIBO CONSUELO DEL ESPÍRITU.
Una respuesta brusca o un reto inesperado puede hacerme sentir disgustado o confundido. Tal vez trate de comprender la situación pensando una y otra vez acerca de ella para luego darme cuenta de que algunas experiencias se entienden mejor con el corazón. Así que hago una pausa, respiro profundamente y acudo a Dios.
Recuerdo que soy una expresión amada del Espíritu, guiada por la sabiduría divina. Al centrar mi atención en la Presencia en mí, recibo consuelo. Nada puede separarme de Dios. Me doy cuenta de que las circunstancias vienen y van, mas Dios siempre está aquí —conmigo, en mí y como yo. Al dejar ir la ofensa o la confusión, me siento seguro y recibo el consuelo de Dios.
Yo los consolaré a ustedes como consuela una madre a sus hijos.—Isaías 66:13
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