Lunes, Septiembre 30, 2013
Libre
LA CLAVE PARA LA LIBERTAD ES PONER A DIOS PRIMERO.
La vida diaria puede parecer limitante. Quizás me sienta abrumado por cuestiones de salud o agotado por problemas personales. Al darme cuenta de que tengo una opción, busco el camino hacia la libertad. En La llave de oro, Emmet Fox expresa que la clave para restaurar la paz y la armonía es “dejar de pensar en la dificultad, cualquiera que sea, y en su lugar pensar en Dios”.
Con esto en mente, dejo de preocuparme y afirmo la verdad de que Dios es todo lo que existe. Si las inquietudes surgen de nuevo, las reemplazo con afirmaciones poderosas acerca de la presencia divina. Recobro mi libertad al centrar mis pensamientos en Dios. Y, al hacerlo, mi mente se aquieta, mi cuerpo descansa y soy libre.
En mi angustia llamé al Señor; él me escuchó y me dio libertad.—Salmo 118:5
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