lunes, 16 de septiembre de 2013

Lunes, Septiembre 16, 2013

Dejar ir

DEJO IR TODA LUCHA, Y PERMITO QUE DIOS SEA MI INSPIRACIÓN.
Cuando digo: “Dejo ir y dejo a Dios actuar”, ¿qué dejo ir y qué permito que surja? Dejo ir la condenación y hago espacio para el amor incondicional de Dios. Dejo ir la oscuridad y el pesar, y acojo la luz y el gozo de Dios. Dejo ir la lucha, la escasez y la limitación, y abro el camino para la paz, la sustancia y el poder de Dios.
En mi tiempo de oración y meditación, me convierto en un niño que escucha a una madre o a un padre amoroso. Dejo de decirle a Dios lo que sé y sólo busco conocer Su presencia. Dejo ir la comprensión limitada, y permito que Dios en mí me proporcione comprensión espiritual. Al dejar ir los problemas mundanos, mi carga se disipa y me regocijo en el reino de Dios en mí.
Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.—Lucas 18:16

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