Jueves, Septiembre 19, 2013
Prosperidad
DIOS ES MI FUENTE INFALIBLE.
El mundo de Dios no es un mundo de escasez ni de limitación: es un mundo de abundancia. La provisión de Dios está siempre presente, es una fuente infalible de bien. Al saber que soy uno con Dios, adopto una conciencia de prosperidad. Pienso y actúo de maneras prósperas.
Veo las circunstancias de mi vida no con expectativa de escasez ni de fracaso, sino desde una perspectiva de prosperidad y éxito. Me paro firme y seguro ante la incertidumbre, confío en que las ideas divinas me asegurarán prosperidad.
Doy gracias por la manifestación de toda bendición deseada, sabiendo que Dios es mi fuente y toda necesidad es satisfecha.
Qué alegría para los que … se deleitan en la ley del Señor … prosperan en todo lo que hacen.—Salmo 1:1, 2, 3 (NTV)
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