Miércoles, Noviembre 27, 2013
Luz
LA LUZ DE DIOS RESPLANDECE EN MÍ.
La luz de Dios ilumina mi camino, en todo momento y en cada experiencia. Dicha luz me brinda inspiración. Si experimento un torbellino interno, sé adónde dirigirme. La luz de Dios en mí no puede ser extinguida bajo ninguna circunstancia.
Aun en los momentos más duros de la vida puedo sentir cuán bueno es Dios. Me doy cuenta de que no estoy solo, y soy testigo de mi propia transformación. En el Espíritu no hay oscuridad, sólo luz. La ventana de mi alma se abre a nuevos despertares. A medida que el resplandor de Dios brilla por medio de mí y de mi experiencia, inspiro a otros. Acudo a lo Divino en mí para que ilumine el camino a medida que avanzo y supero cualquier reto.
Nadie enciende una lámpara y la pone en un lugar escondido, ni bajo un cajón, sino en alto, para que los que entran tengan luz.—Lucas 11:33
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