Miércoles, Noviembre 13, 2013
Prosperidad
ABRO MI MENTE A LA ABUNDANCIA DE TODO BIEN, Y RECIBO CON
GRATITUD.
Si experimento carencia, puede que piense que la provisión disponible para mí es limitada. Aunque la abundancia del bien de Dios es tan vasta como el océano, sólo puedo tomar de ella de acuerdo a la capacidad de mi envase. Si deseo recibir más, he de agrandar mi envase, expandir mi conciencia.
En 2 Corintios 9:8 leemos: “Dios puede darles a ustedes con abundancia toda clase de bendiciones, para que tengan siempre todo lo necesario y además les sobre para ayudar en toda clase de buenas obras”.
Esta Verdad resuena en mí. Abro mi mente a la abundancia y recibo con gratitud. ¡Comparto mis dones abundantemente y prospero!
Yo instruiré a todos tus hijos; todos ellos tendrán gran bienestar.—Isaías 54:13.
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