artes, Noviembre 5, 2013
Uno
SOY UNO CON DIOS.
El dolor puede ser parte de la vida, pero sufrir es opcional. Sufrimos cuando creemos que estamos separados de Dios, cuando no nos sentimos amados, protegidos o cuando percibimos que la vida es hostil. Si alguna vez siento que tales pensamientos me dominan, recuerdo la Verdad: sólo existe una Presencia y un Poder, Dios, el bien.
En tiempos difíciles, acudo a la presencia de Dios en mí. En el lugar secreto del Altísimo, edifico una fortaleza de Verdad interna que resiste cualquier temor o inquietud. El Silencio me refugia de toda lucha. Vivo en el consuelo, el gozo y la paz que van más allá de cualquier circunstancia en el mundo. Uno con Dios, estoy siempre protegido.
¡Cuida, oh Dios, de mí, pues en ti busco protección! Yo te he dicho: “Tú eres mi Señor, mi bien; nada es comparable a ti”.—Salmo 16:1-2
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