Viernes, Noviembre 29, 2013
Buena voluntad
DOY GENEROSAMENTE, Y ESTOY DISPUESTO A RECIBIR.
La generosidad forma parte de mi ADN, porque soy uno con el Dador Mayor. Dios nos ha dado la vida y todas sus bendiciones. Uno con Dios, siempre tengo suficiente para disfrutar y compartir.
Soy un dador generoso. No doy para llamar la atención ni para demostrar lo dadivoso que puedo ser. Por el contrario, ¡soy desprendido porque me encanta colaborar! No solamente soy un dador bondadoso, también estoy dispuesto a recibir. Cuando recibo con gratitud, desempeño un papel importante en el fluir del bien de Dios. Estoy receptivo y me sé digno de los regalos que vienen a mí de un universo generoso y abundante.
Pero cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.—Mateo 6:3-4