Miércoles, Octubre 2, 2013
Paz interna
LA VOZ APACIBLE Y DELICADA EN MÍ ME GUÍA A MI CENTRO DE PAZ.
Aveces permitimos que el silencio interno y eterno sea aminorado por el ruido de la vida cotidiana. Nuestra conciencia recibe información de distintos lugares y las preocupaciones interrumpen nuestra calma interna. Mas la paz está a nuestro alcance en todo momento y en todo lugar.
Para acceder a la paz del Silencio, me detengo y escucho. Permito que la paz profunda que mora en mí se expanda. Observo cómo la voz dulce y delicada del Espíritu divino se hace cada vez más evidente, y mis pensamientos se tornan afables y compasivos. Dios es mi fuente de paz.
Al regresar nuevamente a las tareas del día, soy más eficaz y expreso mayor amabilidad y comprensión. ¡Estoy equipado para expresar la paz!
La respuesta amable calma la ira.—Proverbios 15:1
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