Domingo, Octubre 27, 2013
Jardín de oración
CADA ORACIÓN ME CONECTA CON LO DIVINO EN MÍ.
Los jardines pueden ser tan desorganizados como un valle de flores silvestres o tan nítidos como hileras plantadas de flores y arbustos. La oración es como un jardín, puede ser libre y sin estructura o formal y ordenada. Algunas oraciones son gritos de júbilo, mientras que otras son llantos que piden consuelo. A veces, bailamos al orar; otras, respiramos y vamos al Silencio.
No existe un modo errado de orar. Como el aroma de una rosa, cada oración nos despierta al bien de Dios. Cada oración me abre el corazón. Al entrar a mi jardín de oración, afirmo la presencia moradora del Espíritu divino y las cualidades que ha establecido en mí. Soy gozo y amor. Soy uno con el Uno, y ofrezco una oración de gratitud.
Manténganse constantes en la oración, siempre alerta y dando gracias a Dios.—Colosenses 4:2
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