domingo, 26 de mayo de 2013

Domingo, Mayo 26, 2013

Salud
LA SALUD ESTÁ SIEMPRE PRESENTE.
Soy una expresión divina de Dios —-sana, fuerte, asertiva y llena de vitalidad. Por haber sido creada a imagen y semejanza de Dios, tengo la capacidad de sanar física y emocionalmente.
Cuando surge un reto de salud en mí o en algún ser querido, visualizo vida divina en medio de la situación, y afirmo que una curación poderosa se lleva a cabo. Sé que cualquier enfermedad o herida es temporal, mientras que la inmanencia de Dios es permanente.
Al orar y meditar, visualizo la energía sanadora de Dios en cada célula y órgano. La vida divina fluye en mí y en mis seres queridos. En Dios, somos por siempre sanos y perfectos.

La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz.—Mateo 6:22

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